Published: August 6, 2019

Una vez más, el verano estaba a punto de acabar. Los interminables días cargados de vida daban paso a la oscuridad y a la muerte. No tenía constancia de cuanto había vivido, pero si sabía que posiblemente aquel fuese su último invierno. Echó la vista atrás y recordó la suerte que tuvo al encontrar aquel árbol moribundo. Tenía un gran agujero en su corteza que le resultó perfecto para crear su mortal trampa. Nunca se sintió un asesino. Tan solo era pura supervivencia. Sin embargo, reconocería a cualquiera que le preguntase, que sentía una alegría indescriptible cada vez que veía como su comida intentaba desesperadamente escapar de la red…

Bienvenidos al universo de Kval.

El segundo disco de la One Man Band de Atmospheric Black Metal Kval, llamado «Laho», vio la luz de forma independiente el 22 de mayo de 2019. Un día más tarde, el sello Hypnotic Dirge Records, también lo lanzó.

El hombre que está detrás del proyecto se hace llamar igual que «su criatura», encargándose de todos los instrumentos y voces.

La propuesta musical del de Finlandia es ideal para días lluviosos, reflexivos y depresivos. Las tonadas, unen de forma magistral la rabia con la melancolía. Sin embargo, pecan de contener una estructura demasiado similar entre sí. Las tres primeras comienzan de forma pausada, para seguidamente ir metiendo los diferentes cambios de guitarras, incluyendo siempre sobre la mitad más o menos voces susurradas. El último corte, es una instrumental de carácter íntimo que pone el punto y final a un trabajo que sin ser ni mucho menos malo no llega a despuntar por completo. La producción no resulta excesivamente cruda. Por otro lado, chapó a la portada, que exhibe a la perfección el ambiente sombrío que emana la música que contiene el nombrado Elepé.

Casi que ya os he dejado de caer como son los riffs ¿verdad? Melancolía en estado puro. Hallaréis ataques de tremolo picking, dobles armonías, instantes pausados y toneladas de tristeza.

Con los registros vocales no hay mucha sorpresa. Los predominantes shrieks comparten espacio con pinceladas de clean vocals.

Sin despuntar lo más mínimo, las cuatro cuerdas se oyen, que ya es mucho más de lo que pueden decir la mayoría de los grupos.

La percusión va de forma exclusiva a medio gas. No queráis celeridad, porque aquí no hay de eso.

Destacaría ‘Laho’ por incluir el único «solo» de guitarra de todo el álbum.

Bueno, pues al menos en mi caso, ni me ha entusiasmado ni me ha disgustado el plástico. Echadle un oído y juzgad por vosotros mismos.